Al manejar una empresa es importantes que tengamos conocimiento y control de todos los movimientos de dinero que ocurren en la misma, pues con ello estamos asegurando que las decisiones de gestión que tomamos sean basadas en información verídica y medible.

La contabilidad nos brinda una forma de llevar ese control de ingresos y egresos a través del flujo de caja.

El flujo de caja es una herramienta gerencial que nos permite conocer las fuentes de ingreso de nuestra empresa, y cómo invertimos esos recursos. Es decir que por medio del flujo de caja podemos conocer los movimientos financieros que ocurren en la empresa.

Es importante mencionar que esta herramienta no es un estado de resultados, pues lo que nos muestra es la cantidad de ingresos y egresos operados en un tiempo determinado. Por ejemplo el flujo de caja puede mostrarnos:

  • Cantidad de dinero que ingresa a la empresa por ventas a crédito o ventas al contado.
  • Cantidad de dinero que egresa de la empresa por pago a proveedores.
  • Cantidad de dinero invertido en pago a colaboradores por distintos conceptos (salario, servicios, vacaciones, liquidaciones etc.)

Podemos decir entonces que el flujo de caja es como un “mapa de tuberías” que nos muestran de dónde y cómo se alimenta financieramente la empresa, y hacia dónde, y cómo se les da salida a los recursos que poseemos. De esta manera podemos diagnosticar cuál es nuestra situación financiera presente y futura a corto plazo.

¿Por qué es importante el flujo de caja?

Como hemos mencionado antes, el flujo de caja es una herramienta gerencial que nos permite conocer y manejar la liquidez de nuestra empresa. Principalmente a través de esta herramienta podemos controlar los pagos y cobros que ocurren en la empresa.

A través del flujo de caja podemos conocer el historial de gastos, y cobros que se han realizado en nuestra empresa, y como han sido distribuidos los recursos obtenidos.

Pero más importante aún, es que disponiendo de esta información, podemos proyectar la liquidez de la empresa, conociendo cuáles serán los ingresos aproximados en un futuro y cómo distribuirlos de manera inteligente.

Debemos tener en cuenta que el flujo de caja se realiza con el fin de proyectar el futuro financiero de la empresa, sin embargo su alcance es de corto plazo, por lo que generalmente se recomienda que no exceda los 6 meses.

Entonces, ¿qué beneficios nos traerá implementar esta herramienta en nuestra empresa?

  • Nos facilita información de la capacidad financiera de la empresa.
  • Podemos medir el nivel de liquidez, según los recursos de los que disponemos y como estos son distribuidos.
  • Nos presenta un diagnóstico de la salud económica de la empresa.
  • El flujo de caja nos permitirá prever superávit o déficit en las cuentas de la empresa.
  • Nos brinda información para la toma de decisiones.
  • Nos permitirá proyectar los flujos de efectivo futuros.

¿Cómo hacer un flujo de caja?

Realizar un flujo de caja puede parecer complicado, pero si llevamos nuestros registros contables en orden, este proceso se facilita. Para efectuar el flujo de caja, nos basamos en las entradas y salidas de efectivo operadas en la empresa en un periodo determinado.

A Continuación describimos los pasos a seguir para realizar un flujo de caja:

  1. Todo flujo de caja se inicia anotando el saldo inicial.
  2. Anotamos todas las entradas de dinero percibidas para el periodo seleccionado.
  3. Registramos todos los egresos operados para el mismo periodo.
  4. Una vez anotada la información anterior, se procede a realizar la suma del saldo inicial y los ingresos percibidos.
  5. Seguidamente, al resultado anterior vamos a restarle los egresos.
  6. El resultado final es nuestro nivel de solvencia o liquidez para dicho periodo.

Este proceso vamos a realizarlo en distintos periodos contables, y entre más detallado sea, la información será más útil, de manera que nos permitirá ver el comportamiento del efectivo que circula en nuestra empresa.

Dependiendo del resultado que tengamos al final, los resultados del flujo de caja pueden ser:

  • Flujo de caja positivo: Nos indica que los activos corrientes de la empresa están aumentando, ya que hay un superávit en el comportamiento financiero de nuestra empresa.
  • Flujo de caja negativo: Este nos indica que los activos corrientes de la empresa están disminuyendo, es decir que existe o puede llegar a existir un déficit financiero en un futuro y debemos cambiar la forma en la que gestionamos los recursos.

Para una mejor comprensión de cómo debemos realizar el flujo de caja te dejamos un vídeo que puede ejemplificar las operaciones necesarias.

El flujo de caja es entonces una herramienta importantísima con la que vamos a analizar el comportamiento y flujo de los recursos monetarios de la empresa y que nos permitirá realizar una mejor gestión de los mismos.

Finalmente, si queremos mantener un estado financiero saludable es importante que conozcamos las herramientas y procesos contables que nos permiten llevar un control del flujo de dinero que circula en nuestra empresa, pero para esto es esencial facilitar la integración de la información financiera a través de programas especializados.